Un espíritu es una voluntad; un propósito, y todo está impregnado de propósito.
Se ha desarrollado a través de millones de años de persistencia.
Esa voluntad puede reencarnar o no. Puede encarnar de vez en cuando. Puede ser hombre, mujer, animal, vegetal o mineral, indistintamente, porque los Espíritus no tienen ni reino, ni especie ni sexo.
Puede venir a la Tierra como a cualquier otro cuerpo espacial.
Toro Muerto. Bolivia