Todo lo que existe se expande.
Todo lo que existe se expande y multiplica, a pesar de cualquier catástrofe demoledora. De lo que existe, nada acepta la destrucción. Hasta el suicidio es una técnica de predominio, de no dejarse imponer ni frenar ni avasallar.
Siempre en busca de respuestas que no se nos dan espontánea ni instintivamente, nos hicimos racionales, desesperados por entender. Y en esa búsqueda obsesiva de los fundamentos encontramos que hay un Poder al que todos los demás son subalternos: el Afán de Expansión.
Y en ese proceso expansivo las cosas se crean, se multiplican, reverdecen, renacen, y también perecen, pero para volver a renacer.
Dormir y morir tienen ese mismo sentido de juntar fuerzas para seguir. Meditar en la oscuridad también lo comparte, pero con una intencionalidad más; vislumbrar qué depara el despertar, que deviene con el devenir.
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