martes, 28 de julio de 2015

Hay espíritus arriba, aquí y abajo

En términos actuales, hay energías que nos inciden desde arriba, en el entorno y telúricas, desde abajo.

La Dualidad en el Mundo Andino

El Norte y el Sur.
Arriba y Abajo.
Lo positivo y lo negativo.
El día y la noche.
Lo tenue y lo denso.
Lo bello y lo feo.
Lo bueno y lo malo.
La luz y la oscuridad.
La salud y la enfermedad.
La vida y la muerte.
La Primavera y el Otoño.
El calor y el frío.
La fortaleza y la debilidad.
Lo rápido y lo lento.
Lo comprensible y lo incomprensible.
El amor y el odio.
La sabiduría y la ignorancia.

Esta dualidad es también propia del pensamiento asiático, al que los nativos americanos están ligados.

En la cosmovisión andina se hace referencia a un tiempo oscuro (edad de la muerte o del silencio), que es seguida por el Nacimiento del Sol, o reaparición del Sol, tal vez después de 300 años de nublado u oscuridad.
La humanidad no podía comportarse como tal en tiempos de hambre y carestía, pero al nacer nuevamente el Sol y volver la prosperidad de los frutos, protegidos por la bonanza y generosidad de la Pachamama, el humano volvió a ser tal. Y se abrió a sus sentidos una naturaleza plena y vigorosa. Renació el alma del humano y el alma de todas las cosas.
Los antepasados que presenciaron esta transformación la han comunicado oralmente para que las nuevas generaciones aprecien y protejan tan grande don.
Así, los Mallkus, Achachilas y Tatas son los espíritus benéficos de los antepasados que velan porque el orden y la organización sean preservados y servidos.
Los Espíritus de los antepasados protegen a los ayllus y son fecundadores de la Pachamama.
Los grandes cerros y picos nevados traen por sus grietas agua a la tierra, son Espíritus que unen la tierra con el cielo.
En este espacio mítico religioso andino se destaca una dualidad entre lo bueno y lo malo, limitada por un horizonte que penetra en la tierra hasta donde se enraizan las plantas; por debajo de esto habita el mal, la Ukupacha,la profundidad de la tierra.
Se puede ver claramente este dualismo si tomamos como división media la Pachamama, tierra fecunda y sana que se inicia desde la penetración del arado Caypacha hasta el cosmos Hanampacha y por debajo de esta línea imaginaria, "el infierno", donde habitan los seres malévolos de la Ukupacha. Este dualismo está presente en el día y la noche. Para el mundo andino, el Sol se entra a la Ukupacha al atardecer y retorna a Hanampacha en la madrugada. Esta relación trae consigo una fuerte carga mística, ya que la pérdida de la luz del Sol en la noche o en cuevas o minas, simboliza estar dentro de la Ukupacha o sea, en contacto con los seres del mal que equilibran la vida, ya que ellos son parte de esta dualidad y tienen los mismos derechos que los otros "dioses", razón ésta que hace que tomen un papel importante los rituales en cuevas, como los realizados por los Incas en las "chincanas" cuevas o cavidades dentro la tierra.

En las cuevas ellos ofrecían sacrificios y sahumerios para satisfacer a los seres del mal que equilibraban la vida en la tierra. Por parte se traduce esta dualidad en la relación masculina y femenina que surge cuando los Mallkus o Achachilas progenitores de los ayllus hacen correr agua desde sus lagunas y deshielos por sus manantiales para fecundar la Pachamama (Madre Tierra) y se traduce en la germinación y brotes, nacimiento de los animales y plantas así como el bienestar familiar. Por esta razón es que en las alturas se encuentran las Apachetas y Huacas que actúan como exorcisadores de los males y del cansancio, identificando así nuevamente las partes altas con lo positivo y las partes bajas o profundas con lo negativo.
Este aspecto dual se lo percibe en el espacio político Inca donde la terminología Hanansaya y Urinsaya, posee un significado de arriba y abajo siendo Hanansaya (lo de arriba o primer grado de la nobleza) y Urinsaya (lo de abajo "gente común"), aunque no se encuentra una división entre positivo y negativo, aparece un significado de más o mejor y menos o peor como también se puede percibir en la terminología Inca lo alto significando masculino y lo bajo significando femenino como se observa en las designaciones de Orcosuyu y Umasuyu.
En el espacio doméstico también se presenta esta dualidad entre el bien y el mal. En cada esquina de la casa (rectangular o cuadrangular) habitan los seres opuestos. Por esta razón, los miércoles especialmente el de carnaval, se ofrendan incienso, dulce y alcohol en las cuatro esquinas, ya que no se diferencian entre el agradecimiento a lo bueno entre los seres positivos y a lo malo entre los seres negativos que habitan alguna esquina de la casa.

La diablada, mito y realidad, es la lucha constante entre los seres del Ucupacha y Caypacha para mantener el equilibrio en el cosmos, una simbiosis de rituales andinos que invocan el mito ancestral.

BIBLIOGRAFIA
1- Cobo Bernabé; Historia del Nuevo Mundo; Tomo II. Biblioteca de autores españoles l956.        [ Links ]2- Beltrán Heredia; Augusto; El Carnaval de Oruro. l956        [ Links ]3- Fortún; Julia Elena; La Danza de los Diablos; La Paz l961.        [ Links ]4- Paredes Candia; Antonio; La Danza Folklórica en Bolivia; La Paz l985.        [ Links ]5- Gisbert; Teresa; La Máscara y el Carnaval de; Oruro. Revista Encuentro; Año II. No; 5. Nov. l989.18        [ Links ]

lunes, 27 de julio de 2015

miércoles, 8 de julio de 2015

El GRAN ESPÍRITU

Atlanterra
Es la máxima energía espiritual de todos los planos y universos. De esta fuerza inteligente y poderosa casi nada se sabe.
Los que se pueden comunicar con esta energía pueden decir de ella muy poco. Cualquiera cosa que se diga de ella confundiría a los más sabios e intelectuales.
Se dice que se encuentra mucho más allá del 10° plano de vibración espiritual, pero al mismo tiempo, fragmentos de esta energía se encuentran en todas partes.
El Gran Espíritu no tiene plano, está por encima de los planos y al mismo tiempo está en todos los planos. Es el elemento sustentador y dador de toda forma de vida, por lo tanto, se encuentra en cada ser viviente, en cada partícula y cada átomo del universo.
Más allá del Gran Espíritu se encuentra el Dios Inmanifestado, Abba. (En todas las cosmogonías hay un Dios superior y un Dios o un héroe intermediario).
Para desmeritar la existencia de Dios en cada ser viviente y en toda forma de vida, algunos aceptan, por un lado, que necesariamente debe de encontrarse en todas partes, pero al mismo tiempo argumentan, que esta fuerza divina se encuentra en forma de energía inconsciente.
Nada más absurdo e inconsistente, Dios es Dios en cualquiera de sus formas y siempre esta consciente.
Solo los AES, las Esencias, los Elohim, los espíritus que han sido absorbidos por las energías Crística y Búdicas, los espíritus del grupo angélico y los más evolucionados espíritus del 5 al 9 plano de vibración espiritual son los que se pueden normalmente comunicar concientemente con el Gran Espíritu.
El resto de los espíritus evolucionado solo pueden vivenciar y disfrutar fugazmente de la presencia y energía del Dios de Nuestro Universo por medio de un éxtasis o experiencia mística.
Con la ayuda de estas experiencias es como los espíritus alcanzan elevado niveles de armonía, inspiración y comprensión.
En muy pocas oportunidades el Gran Espíritu ha enviado directamente mensajes a los espíritus que se encuentran en los planos de menor nivel de vibración y cuando este fenómeno se produce, el mensaje nos llega a través de un intermediario o chamán altamente evolucionado y muy raras veces a través de un médico o sacerdote corriente o común, con un descodificador mental imperfecto.
El Gran Espíritu es aquel a quien Jesús llamó el Padre, cuando todavía estaba encarnado en su cuerpo físico. Normalmente los maestros encarnados le llaman Padre, Yo superior, Dios Interno, Espíritu Maestro o el Fragmento Espiritual que no encarna.

Los individuos que superan a la Muerte

Los Espíritus son lo que queda cuando desaparece el cuerpo físico.
 
En todos los humanos hay siete niveles mentales, psicológicos, emocionales que a veces son denominados "cuerpos".
Después de la vida, que es efectivamente una prueba, una oportunidad de superación y evolución, sobreviven los espíritus que alcanzan el 4°, 5°, 6° y 7° nivel. 
 
 
Una persona que ha alcanzado en vida un nivel alto es un Mahatma, un ser superior, apenas encarnado para poder actuar entre los demás.
 
Toda la creación está sujeta a la Ley de Evolución Cósmica.
Todo lo imperfecto está destinado a ser superado y corregido.
Una condición indispensable para impulsar esa evolución cósmica en uno mismo y en los demás es reconocer y aceptar la supremacía de la Naturaleza, que es, entre nosotros, en este planeta, el verdadero Hijo de Dios.
Y quién no reconoce al verdadero Hijo de Dios será aniquilado (esto es, no volverá a nacer; será borrado).
Cada humano ha de someterse a este proceso auto evolutivo, aunque, por supuesto, no lo logrará en una sola vida, sino reencarnando tantas veces como necesite para aprender.
Ahora bien: ¿Qué es lo que reencarna?
Los primeros tres principios mueren con lo que llamamos la muerte física: el apetito, la avidez, el afán por obtener (1° Principio). El deseo (2° Principio), y la exaltación del Yo (3° Principio).
El cuarto principio (el amor a la humanidad), junto a las porciones inferiores del quinto (la palabra empleada en forma proselitista), donde residen las proclividades animales de territorialidad y ataque, tiene su habitación en Kama Loca (equivalente al Purgatorio de la religión católica), donde sufre la agonía de la desintegración, proporcionalmente a la intensidad de esos deseos inferiores.
Mientras que, el Manas superior, el ser puro, es lo que se asocia con el 6° y 7° Principio y es el que entra en Devachan (el Mundo Divino) para gozar los efectos de su buen Karma y, luego, reencarnarse en una individualidad superior. Ahora es una entidad que está pasando por el entrenamiento oculto en sus vidas sucesivas; pero, gradualmente, (en cada encarnación), el Manas inferior se reduce más y más hasta que llega el momento en que, su Manas completo, siendo de un carácter totalmente elevado, se centrará en la individualidad superior; entonces podremos decir que esta persona se ha convertido en un Mahatma en vida (como Mahatma Ghandi y muchos otros héroes espirituales).
Cuando su muerte física llega, los cuatro principios inferiores perecen sin sufrir; porque para él son, simplemente, un vestido que se pone o se quita cuando quiere. Así; el verdadero Mahatma no es su cuerpo físico; sino ese Manas superior que está indisolublemente conectado con Atma (el Gran Espíritu) y su vehículo (el sexto principio, Buddhi).
Una unión que él efectuó en un lapso relativamente breve, porque se esforzó por eso, se preocupó y se ocupó en eso).
 
Si quieres saber quiénes de  entre nosotros son Mahatma debes elevar tu Manas (tu propio nivel espiritual) de manera tal que tu percepción sea clara, disipando la neblina creada por Maya (lo mundano). Así tu visión será nítida y podrás ver los Mahatmas en cualquier sitio que estén; pues, habiéndose unido con el 6° y 7° Principio, que son ubicuos y omnipresentes, podemos decir que los Mahatmas pueden estar en cualquier parte.
Los intereses de los Mahatmas abarcan a la Humanidad entera, aunque no se ocupen del individuo particular.
 
Lo que especialmente importa a los Mahatmas es el bien más elevado de la Humanidad en su totalidad, porque se han identificado con el Alma Universal que compenetra a la Humanidad y aquél que quisiera atraer su atención, debe hacerlo mediante esta Alma omnipresente.